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Una mala gestión conlleva una mala educación

En nuestro país, el órgano rector de las políticas educativas nacionales es el Ministerio de Educación (MINEDU). Algunas de sus funciones son planificar y ejecutar políticas educativas y pedagógicas e implementar el Proyecto Educativo Nacional. Sin embargo, el Perú se encuentra en los últimos lugares en rendimiento académico, mientras que Finlandia lidera los rankings desde hace varios años. Hay diferentes razones por las cuales existe esta diferencia, el plan educativo de Finlandia se respeta desde hace 40 años, mientras que en Perú cambia en cada nuevo gobierno. Por otro lado, los padres finlandeses se involucran mucho más en la formación de sus hijos mientras que en Perú, la mayoría de padres delegan esta labor a la escuela. Pero hay dos factores que son clave y son los que analizaremos a continuación: la corrupción y el limitado y/o deficiente acceso a la educación en las zonas rurales.

 

En primer lugar, la corrupción es un problema grave que ataca a nuestro país desde hace varios años y que también ha afectado al sector de la educación. En el año 2016, se realizó una investigación por el delito de lavado de activos en el MINEDU y se descubrió que funcionarios de esta institución habían realizado compras de “computadoras” por más de 146 millones de soles en beneficio de la funcionaria Ruth Marina Vilca Tasayco quien presuntamente utilizó testaferros para hacerse del dinero. Por otro lado, tenemos el problema de las irregularidades en los procesos de licitación. Por ejemplo, en el concurso público N°004-2018-MINEDU/UE 026 “Servicio de conectividad para instituciones educativas a nivel nacional”, Viettel presentó una oferta de 90 millones de soles y Telefónica de 64 millones de soles. Telefónica ganó en primera instancia. Sin embargo, por no cumplir las bases del concurso. Fue descalificada dando como ganadora a Viettel, con 26 millones de soles de diferencia. Lo agravante de esta situación es que Telefónica demostró que sí cumplía con todas las normas del concurso, en ese sentido, con el veredicto, se estaría yendo en contra del “principio de eficacia y eficiencia” de la Ley de Contrataciones del Estado. En las situaciones mencionadas, el Estado peruano perdió grandes sumas de dinero que pudo haber sido invertido en mejorar la educación pública de nuestro país.

 

En segundo lugar, tenemos el limitado y/o deficiente acceso a la educación en las zonas rurales. Las estadísticas educativas revelan que el 80% de los colegios que funcionan en zonas rurales tienen características de multigrado o unidocentes; es decir, sus profesores deben enseñar más de un grado educativo en las aulas a su cargo. Además, en esas zonas el déficit de oferta de educación secundaria es muy alto: en solo 20% de escuelas existe este servicio. Estos datos reflejan el abandono de parte del Estado a las comunidades lejanas, lo cual genera graves consecuencias para el futuro de los jóvenes que hayan estudiado en zonas rurales, pues tendrán un menor nivel educativo, lo cual impactará en que mantengan o eleven sus índices de pobreza, en su acceso a servicios de salud, entre otros. Además, el mercado laboral se centrará en personas mejores capacitadas quitándole la oportunidad a los jóvenes de las zonas alejadas a la capital.

 

En conclusión, la educación en el Perú ha estado y está pasando por una crisis. Es increíble cómo nuestro sistema educativo rinde las más bajas tasas de éxito y alto porcentaje de deserción escolar según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y esto es claramente justificado mediante los factores anteriormente presentados. En un país donde solo unos cuantos logran acceder a una educación de calidad, las autoridades deben priorizar la educación haciendo que llegue a los rincones más lejanos y asegurando que cumpla con los estándares mínimos de calidad, de tal manera que se pueda avanzar en la eliminación de las brechas de desigualdad. Por otro lado, cabe resaltar la importancia de un Ministerio de Educación justo y honesto, ya que esta institución cumple las funciones fundamentales para el desarrollo de la educación en el Perú. Solo con estas mejoras, nuestro país podrá lograr crecer sosteniblemente y desarrollar las capacidades de todos sus ciudadanos.

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